miércoles, 21 de marzo de 2012

VULVA

En esta librería que quiere despegar y se llena hoy de primavera entran cada vez más libros, clásicos muchos, novedades otros. Y el caso es que esta librera sin programa informático no entiende el sentido de poner títulos y portadas sin aportar nada, y entonces se bloquea y es peor porque pasa el tiempo y no promociona sus novedades y más se bloquea y menos se visibiliza. Pero al grano, que es alimento:

Hay novedades literarias de fuera como El libro de la sal, de Monique Truong, que tiene como protagonista a un joven cocinero saigonés que sirvió en la casa parisina de Gertrude Stein y Alice B. Toklas. Y novedades isleñas como Los niños de la lata de tomate, de Cecilia Domínguez Luis, protagonizado por dos jóvenes africanos que viajan por el continente amigo mientras se conocen y nos cuentan. 

Y hay novedades de ensayos, muchos y buenos, como Líbano desconocido, de Ana Basanta, Salirse del tiesto. Ensayistas españolas, feminismo y emancipación (1861-1923) de Ana María Díaz Marcos, o Vulva. La revelación del sexo invisible, de Mithu M. Sanyal. Y como este último es el que tengo entre manos aprovecho para copiarles el índice, ponerles un enlace en el que pueden leer algunas páginas, y copiarles algún trocito que me parece significativo.

 Vulva está escrito por Mithu M. Sanyal (Düseldorf, 1971), historiadora cultural, periodista y autora alemana de origen hindú especializada en cultura popular, estudios poscoloniales y feminismo (si dedean sobre su nombre llegan a su web que, claro, está en alemán, pero se deja maltraducir por google).
Este es su primer libro, fruto de su trabajo de tesis, y en su contraportada leemos:

Aunque onmipresente en nuestra cultura gracias a las industrias pornográfica y médica, la vulva (es decir, la parte externa y visible del órgano genital femenino) sigue siendo una vergüenza que debe ser cubierta, un insulto que sólo puede ser pronunciado en un arrebato de cólera o un pene insuficiente; también, un "espacio en blanco" que emerge en los intersticios de una cultura y un presente histórico que exhiben el órgano genital femenino con una regularidad desconcertante pero siguen sin saber cómo nombrarlo.
En Vulva, Mithu M. Sanyal visita prostíbulos japoneses, iglesias irlandesas y bares de strippers en busca precisamente de reconstruir la significación cultural del genital silenciado; revisa el mito adánico, compara la orla que envuelve a la Virgen en las representaciones medievales con los labios de una vulva, discute el papel jugado por María Magdalena en los orígenes del cristianismo, narra la historia del falsificador que vendió a la Iglesia católica el vello púbico de una mujer muerta afirmando que se trataba de "la barba de San Pedro", evoca el desconcierto de la administración colonial británica ante la "Madre Kali" hindú y su promesa de sexualidad y sangre, repasa el antiguo ritual matrimonial hindú consistente en untar la vulva de la novia con miel para que su esposo se arrodillara ante ella y la adorara, narra la historia del striptease desde sus orígenes y evoca la figura de la única bailarina erótica que podría citar a Karl Marz, discute (en fin) la representación de la vulva en el arte contemporáneo y su reivindicación por parte de los colectivos de rock y punk feminista de nuestros días.
(...)

Por si todavía no se han hecho (que ya sé que sí, pero...) una idea de su interés aquí les va el índice:

INTRDUCCIÓN

"SHAMING AND NAMING"
Vagina
Vulva

MITOS Y MITOLOGÍAS
Presencia y presentación
    Iambel/Baubo
    "Ana-suromai"
Cielo e infierno
    Eva y Jehová
    Corazón y dolor
La protección y la suciedad
    María y Magdalena
    Kali y Kunda

"STRIPNG" Y "TEASING"
Salomé contra Juan
Danza desnudista contra baile nacional
Gypsy Rose Lee y el tanga
¿El sexo invisible e inaudible?
Texto y textil

DESNUDO Y ACTO
El pene y otros pinciles
Piratas punk y "Riot Grrrls"
"Strip-Speak"

VULVA Y EPÍLOGO


Y para terminar, por aquello de que lo prometido es deuda, un trocito de la introducción:

En rigor, deberíamos decir que el discurso occidental no está basado en la dualidad de los sexos sino en su unicidad, puesto que ha fijado un sexo, a saber el masculino, y únicamente ha construido el femenino en oposición a él. Con ello, la mujer era la portadora de la diferencia entre los sexos, la -poco valiosa- desviación de la norma y - puesto que un ser humano sin pene era inconcebible- la castrada.

Y esto es lo que hay, señoras y señoros. Pasen por aquí, escriban, sugieran, soliciten. Y no se olviden de que los títulos están enlazados con páginas que les permitirán tener más información.

Abrazos sóricos,

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