sábado, 7 de septiembre de 2019

EL PAÍS DE LAS RANAS

   Ocurre que, a veces, algunas veces, una lee libros que le parecen magníficos y no encuentra el tiempo para escribir sobre ellos. Se produce entonces una especie de atragantamiento, una incómoda sensación de estornudo frustrado, no exenta de cierto sentimiento de culpa, que deriva en la idea de que si el libro no tiene más salida en nuestra minúscula librería, es porque no hemos sido capaces de promocionarlo adecuadamente.
   Pero ocurre también, a veces, muchas veces, que otra librera, otro librero, asociada a la página de Los Libreros (y las Libreras) Recomiendan sí ha encontrado ese tiempo que una perdió, y ha escrito sobre el libro en cuestión. Es entonces cuando las redes toman sentido y se hace patente el valor de la cooperación, y el estornudo sale disparado y se desatasca la culpa.
   Eso nos pasó con El país de las ranas, única novela de Pina Rota Fo (sí, madre de), que gracias a la recomendación de Rosa Pastor (libros 28), podemos traerles hoy aquí.
   No dejen de leerla. La recomendación. Y la novela.


“El país de las ranas” de Pina Rota Fo

el 29 julio, 2019 en Libro de la Semana
El país de las ranas
EL PAÍS DE LAS RANAS
Rota Fo, Pina
ISBN
978-84-17800-13-0
EDITORIAL
Errata Naturae Editores
El país de las ranas, la única novela de Pina Rota Fo, me ha atrapado y me ha sorprendido. En ella la autora, madre de tres escritores (uno de ellos Dario Fo, Premio Nobel de Literatura), nos relata su infancia en una granja de la Italia rural de principios del siglo XX.
Se mezcla la historia del país con la historia familiar. La Primera Guerra Mundial, el ascenso del fascismo en el periodo de entreguerras o la Segunda Guerra Mundial son temas de fondo, sobre los que no está puestos los focos de la novela pero naturalmente condicionan esa vida cotidiana y privada que se quiere rememorar.
En la novela se plantea una defensa del mundo rural, de la agricultura, y se hace principalmente a través de la figura del padre, por el que Pina siente mucha admiración, aunque no lo diga muy claramente. “Mi padre mandaba y los demás obedecíamos”, dice, y acaba convirtiéndose en el verdadero protagonista, el personaje principal, representante del viejo mundo, de la resistencia a los nuevos aires, escéptico ante el auge de las fábricas y la diáspora hacia las ciudades. A mí también me encanta ese personaje, huraño y divertido, que va viendo cómo el mundo que defiende se desmorona y, sin embargo, se mantiene firme en sus principios. Es enorme su frustración al ver que todos sus hijos abandonan el campo y marchan a la ciudad, que no puede hacer valer su defensa de la agricultura y de sus creencias, las cuales sostiene hasta el día de su muerte, a la que llega con asombrosa lucidez, y con la que la novela termina, quedando claro qué era lo que en el fondo, o ante todo, se quería contar.
El estilo es muy sencillo pero agudo. Tanto que recuerda a la Natalia Ginzburg de Las palabras de la noche, o, más nítidamente, al recientemente publicado En el arrozal, de Marquesa Colombi, y de hecho en El país de las ranas también se habla de pasada de las jóvenes que tenían que ir largas temporadas a trabajar en los arrozales, atacadas por las sanguijuelas y por numerosas enfermedades.
La traducción es de Miguel Ros González.
Rosa PastorLibros 28 (San Vicente del Raspeig, Alicante)

   Pronto volveremos con más lecturas. No dejen de visitarnos.

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