martes, 12 de noviembre de 2013

DIARIO DE UNA DAMA DE PROVINCIAS, E. M. DELAFIELD

Entramos en silencio en la sala de espera. Nos sentamos y abrimos nuestros libros. Apenas he leído una página cuando una leve risa se le escapa. La miro. El libro que origina la risita es Diario de una dama de de provincias.Yo lo leí hace apenas una semana. Sonrío y vuelvo a mi lectura.

Tengo la sensación de que no ha pasado ni un minuto cuando la risa, disimulada con un pañuelo, vuelve a sonar en la sala: De qué te ríes, pregunto. De los paréntesis, de los recordatorios que se hace. Son geniales, me dice. Cierro mi libro y le pido que me lea algunos.

Como a Lady B. se le ocurra presentarnos a sus amigos literatos, o a quien sea, como "nuestro administrador y su esposa", he tomado la firme decisión de marcharme de inmediato de la casa.
Se lo hago saber a Robert. No dice nada. (Recordatorio: poner los zapatos de fiesta en la ventana, a ver si el aire fresco les quita el olor a gasolina). (p.20)

Reímos. Sale la enfermera y me indica que soy la próxima en entrar. Me tenso ligeramente. Ni siquiera sé qué tipo de prueba me van a hacer. Ella sigue leyendo y riendo: ¿Más paréntesis? No, me responde, la descripción del arreglo del traje para asistir a la fiesta. Es divertidísimo.

Me toca entrar. Dejo mis cosas en la salita y sigo a la enfermera. Cuando salgo me la encuentro con las gafas salpicadas a causa de las lágrimas causadas por la risa:

No tengo nada, anuncio. Nada importante.
Qué bien, me responde. ¿No te importa esperar un poquito? Me queda muy poco para terminar el libro.

Me siento y espero. Ha tenido que quitarse las gafas de tanta lágrima feliz. Cuando termina salimos y caminamos bajo la lluvia mientras me cuenta entusiasmada el libro que ya leí. Solo interrumpe el relato para abrir el libro y leer en voz alta: ¿Te acuerdas de la parte en que va nadando hasta la roca? ¡Es maravillosa! ¡Escucha!

Continué nadando. La roca se alejaba más y más. Me dije que los titulares que los titulares que anunciaran mi fallecimiento en tan augusta compañía tendrían cierta distinción y me puse a redactar mentalmente un par que, en mi opinión, quedarían bien en el periódico del pueblo. Estaba pasando a considerar el párrafo en la revista parroquial cuando choqué con una pequeña roca y volví a hundirme al instante. Volví a emerger misteriosamente de la espuma aunque, y eso lo sé bien, no como Venus ni mucho menos. (p. 160)

Seguimos caminando y riendo. Me pregunto cómo habrá conseguido la traductora hacer su trabajo sin estallar en carcajadas continuas. Decido pedir una buena cantidad de libros para la Navidad. Me alegra saber que quienes lo lean tendrán un día lleno de risas.



Título: Diario de una dama de provincias
Traductora: Patricia Antón
Editorial: Libros del Asteroide
Año: 2013
PVP (en Canarias): 18,22€




No lo duden. Una lectura para llorar de risa.

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