lunes, 31 de marzo de 2014

EL LIBRERO DE PARÍS Y LA PRINCESA RUSA DE MARY ANN CLARK BREMER

Título: El librero de París y la princesa rusa
Editorial: Periférica
Año: 2014

Por aquello del privilegio de ser librera que alguna vez les he comentado, nos llega esta exquisitez. Todavía no ha entrado oficialmente para ser vendida (lo hará pronto), pero ya la hemos leído y Margarita ha hecho una crónica.

El librero de París y la princesa rusa, de Mary Ann Clark Bremer


Podría empezar este pequeño comentario haciendo una breve reseña biográfica de su autora, pero no es eso que quiero -al menos no en esta ocasión. Prefiero empezar recordando Una biblioteca de verano, la primera de sus novelas publicadas por Periférica, y luego, Cuando acabe el invierno, la segunda -publicada también por la misma editorial. Novelas cortas, como la que hoy nos ocupa, cortas pero de una intensidad propia de las caricias leves, aquellas que no parece que lo son y nos dejan, sin embargo, una sensación de permanencia capaz de desafiar al tiempo.

Si tuviera que definir esta novela elegiría dos palabras: delicada y delicia. María Moliner dice de la primera: "Aplicado a las obras humanas, de arte o de otra clase y, correspondientemente, a su clase de belleza, significa suavidad en las transiciones, falta de contrastes bruscos o angulosidades, en cuanto a la forma; dulzura y ternura en cuanto a los efectos reflejados o a la emoción despertado; primor y cuidado en los detalles". Y de la segunda: "Placer suave producido por cosas materiales o inmateriales, en los sentidos o en el ánimo". El librero de París y la princesa rusa es ambas cosas, delicadamente deliciosa y deliciosamente delicada. La narradora, testigo privilegiado de lo que no parece ser sino un contingencia vital más en el París de 196..., logra transmutar dicha contingencia en una necesariedad que trasciende la de las leyes de la naturaleza para imponerse como un rasgo propio e ineludible de la vida, pero eliminando a su vez de ella todo asomo de determinismo o de fijeza. ¿Quién es la princesa rusa? ¿Quién el librero de París? Personajes o personas sin pasado desvelado en la novela, con un futuro de ausencias en el que primará la permanencia pese al tiempo y el silencio. Personajes o personas cuyo  misterio sólo se desancla ante el único elemento permanente en medio de la fluidez que es consustancial a la vida: la belleza.

El librero y la princesa se aman a través de los libros, de la perenne belleza de los libros. Y lo hacen de tal modo que si una no los amara ya, empezaría a hacerlo nada más acabar de leer esta novela. Pero porque una ya los ama quiere encontrar La petite maison, de De Bastide, y quiere volver a leer a Diderot, y entiende esa sublime complicidad que proporciona el recomendar y compartir lecturas, el instalarse de pronto en esa atemporalidad donde, a través de la belleza, el amor no sólo es simétrico sino sobre todo transitivo.

"No he visto encuadernación más delicada ni estampas más perfectas, con un color como de acuarelas puras, que las de aquel librito. Se trataba de una edición inencontrable, según el Librero, de uno de los mejores relatos, el favorito de la Princesa -y también el mío-, de De Bastide, La petite maison.
La cubierta, de tela, era roja, y resultaba tan placentero pasar la mano sobre ella, que daba la impresión de estar estrechando otra mano, una mano amiga y tibia. Las guardas, de un color que iba del verde oscuro al negro y que no puedo definir de otro modo, parecían haber sido pintadas también a la acuarela, por sus aguas y por sus transparencias. La tipografía, delicada y bien delineada, procedía, seguro, de alguna de las familias esculpidas por el maestro Garamond" (p.26)

Lirismo, elegancia, sobriedad, son algunos de los rasgos con los que se caracteriza la escritura de Mary Ann Clark. Hago mía la descripción anterior -de la autora- para definirla yo. Vale para sus anteriores obras, pero sobre todo vale para El librero de París y la princesa rusa. Procedan a llerla. Si quieren, como en la foto, con música. Si prefieren, con la que el silencio trae. Pero léanla.

Gracias a la librera por hacernos accesibles estas joyas. Gracias a Periférica por publicarlas.




1 comentario:

  1. Oh, qué bueno. No sabía que Periférica había sacado ya un tercer libro de Mary Ann Clark Bremer. Leí el primero y tengo el segundo pendiente. Me agrada saber que voy a seguir encontrando lo que me gustó en "Una biblioteca de verano": delicadeza, una escritura poética y una prosa de calidad.

    Gracias y un saludo!

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